El año pasado conocimos, en persona a Marisa y a Rosario y fue una fiesta estar con ellas compartiendo una mañana y que nos mostraran su trabajo, sus instalaciones…y su energía.

Nos quitamos el sombrero ante esta iniciativa que no sólo explota de manera ecológica y tradicional una finca de cultivos hortícolas con la consiguiente conservación y respeto al medio sino que además tiene un objetivo último permitir la integración de los jóvenes con dificultades para integrarse en la vida laboral. Son jóvenes que viven en Aldeas Infantiles, por lo que “se han visto desprovistos de un cuidado parental, pero además son personas con diversidad funcional. Desde la fundación buscan no busca únicamente ayudarles a obtener un empleo, sino atender todas sus necesidades, formarles en los diferentes ámbitos de su vida y acompañarles hasta que logren una independencia e integración completas.